jueves, 12 de abril de 2007

La mentira tiene un precio

En 1998 un periodista de la publicación digital estadounidense Forbes.com, Adam Penemberg, dio a conocer las mentiras que un joven redactor, Stephen Glass, escribía en el The New Republic, publicación impresa de prestigio. Glass llegó a inventar 27 de las 41 historias que publicó. El caso fue un escándalo, y el director de The New Republic tuvo que pedir disculpas al comprobar que su redactor mentía, en un artículo que se publicó en el diario.

Por aquel entonces empezaron a surgir los periódicos digitales, pero eran considerados de baja fiabilidad por la inmediatez con la que se debían publicar las noticias. Sin embargo, cuando diarios impresos de prestigio empezaron a introducirse en la red y una serie de escándalos del tipo del de Glass empezaron a aparecer, se comenzó a dar oportunidades a la credibilidad de las informaciones publicadas en red. Periodistas de la talla de Jayson Blair de The New York Times cayeron en la peor falta que puede cometer un informador: faltar a la verdad y falsear la realidad. La credibilidad, el contraste de fuentes, la veracidad de las informaciones no tienen porque ser una exclusividad de los diarios y publicaciones impresas.


Glass acabó con su carrera periodística, no sin antes vender su historia. Lo ocurrido fue recogido por la película El precio de la verdad de Billy Ray.

1 comentario:

Teresa Sandoval dijo...

El blog está muy bien, rico en imágenes y enlaces a fuentes originales o documentales para ampliar. ¡Sigue así! El blogroll puedes ampliarlo todo lo que quieras.